Estructura




El esófago es una estructura en forma de tubo formada por dos capas superpuestas:
Capa mucosa-submucosa: epitelio estratificado (de varias capas de células) plano no queratinizado, que recubre la luz del esófago en su parte interna. Este epitelio está renovándose continuamente por la formación de nuevas células de sus capas basales. Para facilitar la propulsión del alimento hacia el estómago el epitelio está recubierto por una fina capa de mucus, formado por las glándulas cardiales y esofágicas.
Capa muscular: está formada a su vez por una capa interna de células musculares lisas en dirección perimetral circular y otra capa externa de células musculares longitudinales, que cuando se contraen forman ondas peristálticas que conducen el bolo alimenticio al estómago.
La capa muscular es más flexible y las mediciones biomecánicas han demostrado que tiene un módulo de elasticidad menor. Esta diferencia de rigidez/flexibilidad implica que la distribución de esfuerzos en un esófago no puede ser uniforme. Además de su estructura tubular el esófago posee dos válvulas, una a la entrada y otra a la salida, que son:
Esfínter esofágico superior (EES): divide la faringe del esófago. Está formado por el músculo cricofaríngeo que lo adhiere al cricoides. Este músculo es un músculo estriado (es decir, voluntario) que inicia la deglución.
Esfínter esofágico inferior (EEI): separa el esófago del estómago. Realmente no es un esfínter anatómico, sino fisiológico, al no existir ninguna estructura de esfínter pero sí poseer una presión elevada de 10-25 mmHg en reposo. Este esfínter, disminuye su tono normalmente elevado, en respuesta a varios estímulos como:
la llegada de la onda peristáltica primaria;
la distensión de la luz del esófago cuando pasa el bolo alimenticio;
la distensión gástrica.


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